En un entorno de gran belleza, la montaña y el mar se funden en Cinque Terre
El trabajo secular de muchas generaciones ha transformado este
territorio inaccesible de la costa italiana del mar de Liguria en un
lugar con un paisaje de extraordinaria belleza.
Cinque Terre se sitúa mirando a la costa del mar de Liguria, en la
Riviera italiana, próxima a la ciudad de La Spezia. Debe su nombre a los
cinco pueblos que comprende: Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y
Riomaggiore. La región ocupa una superficie cercana a los 40 kilómetros
cuadrados, en una escarpada pendiente con terrazas desde la línea de
costa hasta las laderas montañosas circundantes, conformando un Parque
Nacional que es Patrimonio de la Humanidad desde 1998.
Esta era una zona de tranquilos pueblos de pescadores y agricultores
dedicados especialmente al cultivo de la uva formando terrazas en
pendientes casi verticales. En la actualidad Cinque Terre depende casi
exclusivamente del turismo, desde mochileros hasta turistas alemanes o
americanos de alto presupuesto. Su atracción principal es la caminata a
lo largo de los acantilados de pueblo en pueblo con el inconveniente de
una creciente masificación.
Tal es la avalancha de visitantes, especialmente en verano, que está
poniendo en peligro un lugar tan hermoso Patrimonio de la Humanidad. Por
ello las autoridades italianas se están planteando reducir
drásticamente el acceso de turistas que visitan Cinque Terre, desde este
mismo verano, con el ánimo de preservarla, al llegar a la conclusión de
que este pintoresco rincón no puede soportar la llegada de más de dos
millones y medio de visitantes cada año. Lo que se pretende es devolver
una relativa tranquilidad a este conjunto de coloridos pueblos que
otrora habían sido un remanso de paz.
Foto: Vernazza. / Peter Burow
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