martes, 22 de marzo de 2016

Okunoshima


Si hubiera un paraíso para los conejos habría que buscarlo en Okunoshima

En esta isla japonesa, sin ningún depredador natural, los conejos salvajes que la habitan se han multiplicado y se dedican a correr detrás de los humanos suplicando ser alimentados.

Okunoshima es una pequeña isla japonesa, situada en el Mar Interior de Japón, relativamente cercana a la ciudad de Hiroshima. Es accesible por ferry desde Tadanoumi y Omishima. Es un popular destino para viajes de un día o de fin de semana. ¿Por qué? Porque este lugar está completamente poblado de conejos y atrae a miles de amantes de los animales cada año, que acuden a alimentar a los conejitos por tratarse de uno de los pasatiempos más relajantes.

La isla tiene un pasado tan oscuro como sucio, ya que desde principios del siglo XX sirvió de base para que el Ejército Imperial fabricase allí al menos 5 tipos de gases venenosos entre 1929 y 1945, produciendo más de 6.000 toneladas de tal arma mortífera. Era tal el secretismo que la isla fue eliminada de los mapas oficiales y los trabajadores juraban guardar en secreto su actividad. Pero, ¿qué tiene esto que ver con los conejos? Pues que éstos eran los animales utilizados en la planta química para poner a prueba la eficacia de las armas letales.

Cuando se desmanteló el complejo químico, los conejos supervivientes hicieron lo que mejor saben hacer, es decir reproducirse como tales, y ahora la isla es el hogar de una numerosa colonia que le vale el sobrenombre de “Usagi Shima” o Isla Conejo. La isla cuenta con lugares de acampada y senderos a los que los conejos, que viven en estado salvaje pero muestran un carácter altamente amistoso, acuden en masa al encuentro de los visitantes a quienes persiguen literalmente suplicando comida.

Foto: Okunoshima - The Bunny Rabbit Island. / Benjamin Brady



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