Corfú, como destino turístico, supera las expectativas de los más exigentes
La historia le ha legado castillos y fortalezas, sus playas de arena y
guijarros ofrecen una experiencia única, y la vida nocturna es una
aventura que cubre todos los gustos.
Corfú es una isla griega que se encuentra en el Mar Jónico, muy
próxima a la costa noroccidental de Grecia, al límite con Albania. Junto
con Paxos, Léucade, Itaca, Cefalonia, Zante y Citera forma el
archipiélago de las Siete Islas (Heptanisa), en el que ocupa el segundo
lugar por superficie, 613 kilómetros cuadrados que albergan una
población de poco más de 100.000 habitantes.
Cuenta con una rica vegetación, entre la que se cuentan más de tres
millones de olivos. Mantiene un aspecto de un verde intenso,
especialmente durante los meses más cálidos. Por su exuberante
vegetación se le conoce como "Isla Verde", aunque debido al color del
mar que la rodea también es "Isla Esmeralda". La isla combina
perfectamente clima, color e historia, no en vano fue el hogar de
venecianos, franceses y británicos, si bien se mantuvo al margen de la
dominación otomana a diferencia del resto de Grecia.
Es la isla donde Ulises conoció a la princesa Nausicaa en una de las
escenas más famosas de la Odisea de Homero y el dios Poseidón tuvo un
idilio con una ninfa. Y la que Gerald Durrell, renombrado autor y
naturalista, puso en el mapa, ya que su infancia vivida en Corfú fue
posteriormente trasladada a libros como “Mi familia y otros animales”, “Bichos y demás parientes” o “El jardín de los dioses”,
magníficos relatos de esta época sin escuela en la que ayudado de
varios mentores, especialmente Theodore Stephanides, se dedicó a
capturar y coleccionar especímenes de la fauna local como mascotas, lo
que marcó su futuro en la vida.
Foto: Cabo Drastis, Corfú. / Maria Rosaria Sannino
Mundiario
No hay comentarios:
Publicar un comentario