Realidad y misterio confluyen en el asombroso y singular paisaje del Monte Neme
Este lugar marcado por los restos de la antigua
explotación minera de wolframio debido a su abandono y contaminación debe ser
recuperado como uno de los miradores más representativos de la Costa da Morte.
El wolframio (W), también
conocido como tungsteno, es el elemento químico número 74 de la tabla periódica
y, a pesar de que su nombre suena muy alemán, fue descubierto por los hermanos
españoles Fausto y Juan José de Elhuyar en 1783. Se emplea en diversas
aleaciones que requieren trabajar a elevadas temperaturas, rayos X, tejidos
incombustibles, cerámica y también en cabezas de cohetes y motores
aeronáuticos, lo cual hizo de este metal uno de los objetos de deseo durante la
II Guerra Mundial provocando una batalla oculta para lograr su obtención.
Galicia fue protagonista de esta
batalla paralela, desde finales de la Guerra Civil española hasta la Guerra de
Corea casi 20 años más tarde, ya que los alemanes lo utilizaban para
desarrollar blindajes en el material bélico y revestir proyectiles, y los
principales yacimientos de Europa se encontraban en esta esquina de España, especialmente
en comarcas como Valdeorras, Xallas, Trasdeza, Bergantiños o Barbanza.
Lugar representativo de este tipo
de explotaciones es el Monte Neme, en Malpica de Bergantiños (A Coruña), cuya
mina se mantuvo abierta hasta que en 2012 la empresa propietaria entró en
concurso de acreedores y abandonó no solo su explotación si no también su
mantenimiento. Por ser el punto más alto de los alrededores constituye un
privilegiado mirador que, en días claros, permite observar desde Punta Nariga
hasta el cabo Prior. Es un lugar ligado a la divinidad céltica Nemet, de donde
seguramente procede su nombre, en el que existía un crómlech alrededor del que
se dice que la noche de San Juan se reunían las meigas en un Circo dos Xogos,
sin embargo este círculo lítico desgraciadamente desapareció en 1960 víctima
del progreso bajo la construcción de una vía de acceso a la cima del monte.
Foto: Monte Neme. / José Antonio Taibo
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