domingo, 27 de agosto de 2017

Monte Neme


Realidad y misterio confluyen en el asombroso y singular paisaje del Monte Neme

Este lugar marcado por los restos de la antigua explotación minera de wolframio debido a su abandono y contaminación debe ser recuperado como uno de los miradores más representativos de la Costa da Morte.

El wolframio (W), también conocido como tungsteno, es el elemento químico número 74 de la tabla periódica y, a pesar de que su nombre suena muy alemán, fue descubierto por los hermanos españoles Fausto y Juan José de Elhuyar en 1783. Se emplea en diversas aleaciones que requieren trabajar a elevadas temperaturas, rayos X, tejidos incombustibles, cerámica y también en cabezas de cohetes y motores aeronáuticos, lo cual hizo de este metal uno de los objetos de deseo durante la II Guerra Mundial provocando una batalla oculta para lograr su obtención.

Galicia fue protagonista de esta batalla paralela, desde finales de la Guerra Civil española hasta la Guerra de Corea casi 20 años más tarde, ya que los alemanes lo utilizaban para desarrollar blindajes en el material bélico y revestir proyectiles, y los principales yacimientos de Europa se encontraban en esta esquina de España, especialmente en comarcas como Valdeorras, Xallas, Trasdeza, Bergantiños o Barbanza.

Lugar representativo de este tipo de explotaciones es el Monte Neme, en Malpica de Bergantiños (A Coruña), cuya mina se mantuvo abierta hasta que en 2012 la empresa propietaria entró en concurso de acreedores y abandonó no solo su explotación si no también su mantenimiento. Por ser el punto más alto de los alrededores constituye un privilegiado mirador que, en días claros, permite observar desde Punta Nariga hasta el cabo Prior. Es un lugar ligado a la divinidad céltica Nemet, de donde seguramente procede su nombre, en el que existía un crómlech alrededor del que se dice que la noche de San Juan se reunían las meigas en un Circo dos Xogos, sin embargo este círculo lítico desgraciadamente desapareció en 1960 víctima del progreso bajo la construcción de una vía de acceso a la cima del monte.

Foto: Monte Neme. / José Antonio Taibo


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