Skye Island

Skye es destino para senderistas, escaladores y amantes de la naturaleza

Visitar la Isla de Skye es como caminar a través de un sueño, faltan las palabras para describir la belleza de este pedazo de tierra sacado de un cuento de hadas.

La Isla de Skye se encuentra en la costa oeste de Escocia y es uno de los lugares más visitados del Reino Unido. Con una superficie de cerca de 1.700 kilómetros cuadrados, es la más grande de las Islas Hébridas Interiores y presenta una línea costera muy recortada, formando innumerables penínsulas. Se incluye en las Highlands (Tierras Altas) y su población estable es de unos 10.000 habitantes, ampliamente incrementada por los turistas.

Esta isla es un gran destino para los amantes de la vida silvestre, donde pueden encontrar animales como el águila de cola blanca o águila de mar, el ciervo rojo, la nutria, el salmón atlántico, la poco común marta del pino, así como delfines, ballenas y alcatraces. Y, si hay suerte y los cielos están despejados, también se podrá disfrutar de alguna aurora boreal ya que la contaminación lumínica es escasa en esta isla, lo cual favorece la posibilidad de observar este fenómeno meteorológico especialmente a partir del mes de setiembre.

Se pueden hacer numerosas rutas de senderismo, con dificultad mínima y máxima, siendo algunos recorridos especialmente atractivos como el que nos lleva al faro de Neist Point con impresionantes vistas de acantilados, el Quiraing imprescindible para los fotógrafos, el de las piscinas de hadas (Fairy Pools) con cristalinas aguas azules, el de Coral Beach mágico y perfecto para ir de picnic, el de la bahía de Camasunary al pie de las montañas Cuillin, el de Old Man of Storr (Hombre viejo) que es el más famoso y transitado, el Scorrybreac por las orillas de la bahía de la capital Portree, el de Sleat hasta el punto más meridional de la isla, el cortito hasta la playa de Talisker Beach o el más largo al pueblo de Boreraig. Todos ellos apetecibles.

Foto: Faro de Neist Point. / D-P Photography

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