El Metro de Moscú representa una lección de la historia y arquitectura rusas
Las estaciones, con estructuras arquitectónicas a base de mármol y
granito o hierro y vidrio, fueron inicialmente concebidas y construidas
con gran lujo como palacios para el pueblo.
Con más de 80 años de historia, el Metro de Moscú es un sistema de
transporte rápido que da servicio a la capital de Rusia y a varias
ciudades vecinas. Inaugurado el 15 de mayo de 1935, con 11 kilómetros de
vías y 13 estaciones, fue creciendo hasta alcanzar en 2015 más de 330
kilómetros de red y 199 estaciones. Su trazado bajo tierra tiene un
rango de profundidad que oscila en 5 metros y casi 80, su sección más
profunda en la estación de Parque Pobedy.
Unos 7 millones de personas usan el metro de Moscú cada día, la cifra
más alta en el mundo, con algunas estaciones por las que transitan más
de 100.000 pasajeros diariamente. El servicio está cubierto por unos
10.000 trenes que circulan a una media ligeramente superior a los 40
kilómetros/hora y con una frecuencia entre 3 y 7 minutos. El Metro de
Moscú es líder mundial tanto por volumen de tráfico como por fiabilidad.
A pesar de que el Metro de Moscú es la forma más rápida y barata de
moverse por la ciudad, esta comodidad no es la única razón para hacerle
una visita. El Metro es un museo subterráneo de carácter único que
representa la historia de la Rusia del siglo XX. Recordando la moda
bizantina se pueden admirar bajorrelieves, frisos, estatuas de mármol y
bronce, vidrieras de colores e innumerables mosaicos, destacando las
estaciones de Komsomolskaya, Novoslobodskaya, Mayakovskaya,
Elektrozavodskaya, Shosse Entuziastov, Ploshchad Revolyutsii,
Nakhimovsky Prospekt, Parque Pobedy, Parque de la Victoria, Prospekt
Mira y Kievskaya.
Foto: Estación de Komsomolskaya. / Tomo11
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