Entre Bretaña y Francia se encuentra la bella ciudad fortificada de Saint Malo
Cuna de numerosos y renombrados corsarios, sus habitantes siempre se han
caracterizado por los deseos de autonomía o independencia acuñando la
expresión: "Ni franceses ni bretones, de Saint Malo somos".
Saint Malo se convirtió en el punto de destino y lugar de un efímero
encuentro de los dos personajes centrales de la obra de Anthony Doerr "La luz que no puedes ver",
una novela ambientada en torno a la II Guerra Mundial. Se trata de
Marie-Laure, una niña parisina ciega que tiene en su poder una joya del
Museo de Historia Natural, y Werner, un joven alemán huérfano criado en
un poblado minero que acaba de especialista en radiotransmisiones del
ejército alemán, cuyas desventuras tienen un final dispar que no voy a
desvelar.
Seguramente fue unas las plazas que sufrió los ataques más
encarnizados, injustos e innecesarios durante la II Guerra Mundial. En
el verano de 1944 las fuerzas estadounidenses atacaron con todo una
ciudad sitiada en la creencia de que miles de alemanes estaban dentro de
su perímetro amurallado, ignorando un informe de que estos no llegaban a
ser un centenar pero si había muchos civiles que no habían podido salir
debido a que los alemanes cerraran las puertas. La destrucción fue
masiva, de cerca de 900 edificios menos de 200 quedaron en pie y todos
con daños, persistiendo durante mucho tiempo la falsa creencia de fueron
los alemanes quienes incendiaron la ciudad al sentirse derrotados. Sin
que esto exima de culpa a los alemanes que también arrasaron lo suyo,
con especial mención para la catedral y el puerto.
Sin embargo Saint Malo resurgió de sus cenizas incluso con un nuevo
esplendor y, a día de hoy, es un importante destino turístico en
Francia. Un lugar ideal para pasear y disfrutar de lo que nosotros
llamamos filloas y allí dicen crêpes, la capital del mundo de la
crêperie con más de cincuenta establecimientos al uso abiertos. Situada
en la región de Bretaña, en la costa Esmeralda, alcanzó renombre por su
recinto amurallado del siglo XIII y su relación con el mar, un
estratégico puerto con importante actividad en comercio, pesca, recreo y
pasaje de viajeros. Actualmente es una estación balnearia, con un
espectáculo marítimo en el que sus grandes mareas corren tan rápido
como caballos a galope.
Mundiario
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