Si te gusta pedalear pero llevas mal las cuestas Île de Ré es un buen destino
Más de 100 kilómetros de carril bici perfectamente
acondicionado y un desnivel máximo en torno a los 20 metros hacen de esta
luminosa isla un paraíso para los cicloturistas.
Con el vocablo “Re” nos referimos a la segunda nota
musical (Resonare fibras), que tiene dos tonalidades, Re mayor y Re menor, con
dos variantes, Re bemol mayor y Re sostenido menor. Como prefijo “Re” denota,
según la palabra a la que se une, repetición (Recargar), énfasis (Resalado),
negación (Reprobar) o detrás de (Recámara).
Ré, de nombre Cayetano, también fue un renombrado
futbolista de origen paraguayo que triunfó en el Barça de los años 60. Quizá
por eso lo que me está viniendo a la memoria al pensar en “Re”, es una isla
francesa españolizada temporalmente al final de la primavera del año pasado al
ser el lugar elegido por la selección española de fútbol como lugar de
concentración para la Eurocopa de Francia. Una participación que se saldó con 2
victorias y 2 derrotas cayendo eliminada en octavos de final con más pena que
gloria.
La isla de Re (Île de Ré) es un lugar paradisíaco, una
isla casi plana y alargada, de contorno sinuoso, con una superficie de unos 85
kilómetros cuadrados y unos 17.000 habitantes. De hecho, originariamente eran 3
islas que, con los sedimentos de la explotación salina por parte de los
romanos, acabaron uniéndose. Se sitúa en la costa occidental francesa, frente a
la ciudad de La Rochelle, a la que está unida desde 1989 por un puente de 3
kilómetros. Es un lugar que atrae gran cantidad de turistas, con muchos
hoteles, casas de huéspedes y campings. Al carecer prácticamente de desniveles
y teniendo un parque automovilístico muy escaso, toda la isla está trufada de
sendas para bicicletas cuyo alquiler es muy fácil en cualquier punto de la
misma y antes de cruzar el puente, situación a la que anima el elevado peaje
por cruzarlo a motor. La mayoría de las casas de los lugareños son blancas con
llamativos colores en las ventanas y proliferación de flores por todas partes.
Otros atractivos son su luz, sus playas infinitas de arena fina y su flora y
fauna, que cobra intensidad en otoño como parada de aves migratorias en su ruta
hacia el sur.
Foto: Puente a la Isla de Re. / Lucien Vatynan
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