Unas ingeniosas islas flotantes constituyen el hogar habitual de los Uros
Se trata de un pueblo precolombino que vive flotando en el lago
Titicaca, cerca de Puno (Perú), y que adoptó esta forma de vida huyendo
de los incas.
La totora (Schoenoplectus californicus) es una planta herbácea
perenne acuática, una especie de junco que mide entre uno y tres metros,
común en los lagos y pantanos de América del Sur. En el lago Titicaca,
construidas a base de este material, existen unas 80 islas flotantes
entre Perú y Bolivia pobladas por los Uros, un antiguo pueblo que se ha
visto obligado durante siglos a establecer su residencia en estas islas
flotantes al ser expulsado de su tierra por los incas.
Parece que ancestralmente los Uros, una etnia diferente a los aimaras
y los quechuas, provienen de la Polinesia. Aunque pueden haber perdido
su pureza racial, mantienen rasgos diferenciadores como rostros de color
cobrizo y ojos rasgados. Y, a pesar de haberse convertido en un
atractivo turístico, soportan bien su presión y mantienen la tradición
de seguir pescando artesanalmente y secando los peces al sol que, junto
con las plantas del lago, son la base de su alimentación.
Las islas se construyen a base del kile, que es la raíz de la totora,
cosechada una vez al año coincidiendo con el aumento del caudal del
lago, lo que provoca que por la presión las raíces de la totora se
rompan y salgan a flote. Se entretejen varias capas de kile y se cubren
con varios mantos de totora a modo de aislamiento que pueden alcanzar
los 2 metros de espesor. Requieren un mantenimiento permanente al tener
que añadir constantemente nuevas capas de totora que van reemplazando a
las que se pudren. Se fabrican alrededor de un mástil central y están
ancladas para evitar que sean desplazadas por los vientos y corrientes.
Mundiario
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