domingo, 28 de mayo de 2017

Okinawa


Una isla, una batalla y dos películas; todo eso hace referencia a Okinawa

Desde la Segunda Guerra Mundial Okinawa ha sido un lugar estratégico para el ejército norteamericano en misiones de todas las guerras posteriores y ante el conflicto actual con Corea del Norte.

Okinawa, con una superficie de unos 1.200 kilómetros cuadrados y una población de más de 1,4 millones de habitantes, es la más significativa de las islas japonesas del archipiélago Ryükyü. Se trata de una isla que está siempre en medio de algo, entre el Mar de la China Oriental y el Mar de Filipinas, a mitad de camino entre Taiwán y Kyüshu, entre la independencia pacifista de carácter budista de sus antiguos habitantes y la dominación de sus invasores chinos, japoneses o americanos. En la actualidad la isla es una prefectura japonesa que cede parte de su territorio a bases militares norteamericanas como la de Kadena.

En ella se libró, en la primavera de 1945, la batalla de Okinawa, la última y más grande de las batallas de la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico, precedida del mayor aterrizaje anfibio de la zona, con una crudeza reflejada en las más de 100.000 bajas japonesas y otras 50.000 del ejército aliado en tan solo 80 días. En esta refriega las fuerzas aliadas tuvieron que enfrentarse a las tácticas kamikaze del ejército japonés a base de ataques aéreos en misión suicida. Los comandantes generales de ambos bandos, Simon B. Buckner y Ushijima Mitsuru, perecieron durante la batalla.

Este épico episodio fue llevado a la gran pantalla en 1952 con el título de “Okinawa”, un film dirigido por Leigh Jason y protagonizado por Pat O'Brien, Cameron Mitchell, Richard Denning, Rhys Williams, James Dobson, Richard Benedict y Rudy Robles, cuyo argumento enlaza un relato histórico con la ficción de las vivencias de la tripulación de un destructor americano destinado a proteger los buques de abastecimiento a sus tropas con variopintos personajes. En 1971, bajo la dirección de Kihachi Okamoto, vio la luz otra película basada en la misma batalla enfocándola desde la perspectiva nipona, que nos muestra un país al borde del desastre y la derrota inminente, aferrado al bastión defensivo de Okinawa.

Foto: Onna-Son, Okinawa. /Yee Kim


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