O Corpiño

El Santuario do Corpiño: un lugar donde la fe o la sugestión mueve montañas

Puede ser que el diablo esté más activo que nunca por la gente que acude al Santuario creyendo estar poseída, lo cual puede ser cierto, pero algunos necesitan un psiquiatra.

Uno de los males más temidos en Galicia es el meigallo, que lleva a quién lo sufre a padecer las más insospechadas enfermedades y hasta volverse loco. En la creencia de poder curarse, miles de gallegos, especialmente de las zonas rurales, acuden los días 23 y 24 de junio de cada año al Santuario da Nosa Señora do Corpiño, en la parroquia de Losón, a unos 15 kilómetros de Lalín, en la provincia de Pontevedra. Allí, en un espectáculo grotesco, insólito y dramático, los endemoniados gritan, babean, escupen, gimen, se convulsionan y blasfeman, hasta conseguir expulsar el demonio de su cuerpo.

Recuerdo remotamente a mi abuela contar su experiencia como superviviente de un accidente de autobús camino de esta afamada romería, allá por la década de los años 50 del siglo pasado, que se cobró más de una docena de fallecidos, argumentando que Dios no había permitido su muerte sin haberse desprendido del demonio que la atenazaba. Ella estaba convencida de que solo fallecieron en aquel accidente todos los que estaban limpios.

Según la tradición, en el siglo VIII vivía en por la zona un ermitaño, que era gran devoto de la Virgen. Pasado un tiempo sin verle, sus vecinos campesinos fueron a comprobar qué ocurría y vieron que había muerto. Lo encontraron incorrupto, por lo que no dudaron de su santidad y procedieron a darle sepultura allí donde lo encontraron, construyendo sobre la tumba una capilla que llamaron “O Corpiño”. En el siglo XII, parece que se restauró, después de que unos pastores, que se refugiaban de una tormenta, se introdujeron en las ruinas de esta capilla y, al rato, cuando se recuperaron de una luz cegadora, vieron en el centro de la misma una hermosa y sosegada imagen de la Virgen María con su niño en brazos. La construcción actual, de estilo neoclásico, data del siglo XVIII.

Foto:  O Corpiño. / www.santuario-corpino.es

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