lunes, 23 de febrero de 2015

Crimea

La historia de Crimea está marcada por continuadas crisis, luchas y guerras

Crimea siempre ha sido un bocado apetecible para Rusia, por su clima fue balneario de los zares y por su situación geoestratégica la sede histórica de su flota en el Mar Negro.

Seguro que alguna vez hemos escuchado decir, para dar fuerza a algo que se considera verazmente indiscutible, aquello de “esto es así aquí y en Sebastopol”, que es como decir “aquí y en el lugar más remoto”. Se menciona también para indicar que alguien o algo están muy lejos, “irse a Sebastopol”. Pero, ¿dónde está Sebastopol?.
Sebastopol es una ciudad portuaria ubicada en la península de Crimea, en el Mar Negro. Y puede que estos dichos tengan origen en la Guerra de Crimea, un acontecimiento que conmocionó Europa de 1853 a 1856 cuando una coalición formada por Gran Bretaña, Francia, el reino de Cerdeña y el Imperio Otomano decidieron emprender una campaña contra Sebastopol, un lugar considerado remoto para la época y donde se acantonaba la flota rusa, para frenar la expansión del poder ruso. Militarmente esta guerra representó un cúmulo de despropósitos donde los comandantes de ambos bandos demostraron claramente su ineptitud desperdiciando vidas en combates absurdos, como la carga de la Brigada de Caballería Ligera británica, que arremetió contra un enemigo replegado para sufrir una enorme cantidad de bajas tras caer sobre ella el fuego cruzado desde tres direcciones distintas.
La península de Crimea siempre ha sido un lugar estratégico, un cruce de culturas y un escenario de conflictos. Ocupada por griegos, escitas, bizantinos, godos y hunos, aunque la influencia más duradera fue la de los tártaros. Desde el siglo X se instalaron allí los primeros poblados rusos y en el siglo XVIII fue anexionada por el Imperio Ruso, hasta que en 1954 la URSS transfirió Crimea a Ucrania. Desde el año pasado Crimea vuelve a ser rusa.
Foto: Cabo Capchik – Crimea. / alsurdeunhorizonte.com

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