El Tamborilero de El Bruc frenó la racha victoriosa de la tropa napoleónica
De nombre Isidre Lluçà i Casanoves, originario de Santpedor como Pep
Guardiola, fue un personaje clave en el devenir de la Guerra de la
Independencia contra la invasión francesa.
Entre la montaña de Montserrat, donde se rinde culto a la Mare de Déu
“La Moreneta”, y el Espacio Natural Protegido de Roques Blanques,
discurre la clásica vía de acceso a Barcelona por carretera a través de
A2 que se solapa parcialmente con la antigua NII, en cuyo trayecto se
encuentra el pueblo de El Bruc, una población entre la historia y la
leyenda.
Este pueblo, que debe su nombre a la abundancia de brezo (bruc en
catalán), cuenta actualmente con una población inferior a los 2.000
habitantes y se encuentra a unos 50 kilómetros de Barcelona en la
comarca de Anoia. Un pueblo que se mantendría en el anonimato si no
fuera por Isidre Lluçà i Casanoves, un muchacho originario de Santpedor,
conocido como el Timbaler de El Bruc.
Durante la Guerra de Independencia, a mediados de 1808, una columna
de 3.800 invictos e imparables soldados franceses, comandada por el
general Schwartz, salió de Barcelona camino de Zaragoza, con la
intención de tomar Igualada y Manresa. Al llegar a El Bruc, la historia
cuenta que los franceses fueron derrotados en dos emboscadas en el plazo
de una semana, la leyenda carga parte de la culpa de la victoria a un
joven que no podía combatir debido a su corta edad pero que se
convertiría en un patriota armado con un tambor que no cesó de tocar. El
gran ruido de su tambor, multiplicado por el eco reflejado en la caja
de resonancia de las montañas de Monserrat infundió tal miedo en el
ejército francés que se batió en retirada y regresó a Barcelona creyendo
que se enfrentaba a una fuerza muy superior. Era la primera vez que el
ejército francés perdía una batalla y de ello tuvo la culpa el pequeño
Isidre, El Tamborilero de El Bruc.
Foto: El Timbaler del Bruc. / Canaan
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