Un pequeño pedazo del paraíso caribeño se sitúa entre Tórtola y Beef Island
Para quién busque algo fuera de lo común en las Islas Vírgenes
Británicas podría encontrar su lugar ideal y el aeropuerto de Beef
Island es su puerta de entrada.
En el límite del mar Caribe, en el centro de las Islas Vírgenes
Británicas y unidas por el puente Queen Elizabeth, se encuentran las
islas de Tórtola y Beef Island. Tórtola es la mayor del archipiélago con
55 kilómetros cuadrados, la más poblada con cerca de 30.000 habitantes y
en la que se encuentra la capital del territorio, Road Town; en Beef
Island a está el aeropuerto internacional Terrance Lettsome.
Ambas cuentan con hermosas playas de aguas cristalinas ideales para
el buceo y la fotografía submarina. Los principales atractivos de Beef
Island se encuentran Trellis Bay y Long Bay, con una increíble vida
marina. Tórtola reúne playas de arena blanca como Apple Bay, Brewe’s
Bay, Belmont Bay, Lambert Bay, Josiah’s Bay o Trunk Bay, verdes montañas
como Sage Mountain y puertos protegidos como Brandywine o Soper’s Hole.
Fue descubierta por Cristóbal Colón en 1493 y la llamó así por ser
tierra de palomas, aunque el bautismo oficial fuera el de Santa Ana.
Siendo un lugar idílico para el turismo por la transparencia de sus
aguas, el secretismo y la opacidad hacen que la fuente principal de su
economía sean los servicios financieros. De hecho cuando se filtraron
los documentos de Mossack Fonseca (los archifamosos papeles de Panamá)
se supo que mucho más de la mitad de las 200.000 sociedades relacionadas
estaban registradas aquí. En total se estima que cerca de un millón de
compañías “offshore” alimentan la boyante economía local atraídas por
circunstancias tales como que no se pagan rentas, no se tributa por las
ganancias, no se pasan facturas por herencias, no hay obligación de
publicar cuentas y se garantiza el anonimato de los dueños de las
empresas.
Cane Garden Bay, Tortola. / Nylon Ventures
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