lunes, 27 de febrero de 2017

Torre de Hércules


La Torre de Hércules funciona como faro desde los romanos

Rodeado de leyendas y convertido en Patrimonio de la Humanidad, es el único faro de la época romana en perfecto estado de conservación que se sigue utilizando para la señalización marítima.

La Torre de Hércules, inspirada en el Faro de Alejandría, con 2 milenios largos de vida, se eleva sobre un promontorio rocoso en la costa más septentrional de la ciudad de A Coruña, en un entorno ideal para aprender a volar cometas. Es el único faro en el mundo de origen romano que todavía cumple su función como tal a día de hoy. Se reconoce como el símbolo inequívoco de la ciudad, un lugar de obligada visita para los forasteros, que ya se sabe que aquí no lo son. Y quién se atreve con sus más de 300 escalones y 55 metros de altura se ve recompensado con unas vistas espectaculares que recompensan el esfuerzo, eso sí hay la suerte de llegar en un día claro, cosa que no está garantizada.

Parece que el emperador Julio César, que estableció una colonia romana en Brigantium, es el culpable de haber colocado la primera piedra de lo que durante los siguientes mil años sería el Farum Brigantium, cuya construcción fue dirigida por el arquitecto originario de Coímbra Cayo Servius Lupus. Con la caída del Imperio Romano, la Torre también vivió unos cuantos siglos de horas bajas, aunque no dejó de servir como guía para los marineros transitaban estas aguas traicioneras. En el siglo XVIII, bajo la dirección del ingeniero Eustaquio Giannini fue restaurado y remodelado con el aspecto actual.

Sin embargo existe el mito de que Hércules dio una patada al gigante Geyron, que había esclavizado Brigantium, después enterró su cabeza en el acantilado sobre el que construyó una torre y al lado fundó una ciudad que llamó Crunia. Otra leyenda cuenta cómo Breogán, el rey celta, construyó esta  gigantesca torre para tratar de otear lejanas tierras con la suerte de que su hijo Íth, desde la cima, vio una costa lejana hacia la que partió de viaje con su hermano Mil, y así fue como llegaron en las orillas de Irlanda.

Foto: Torre de Hércules. / Diego Delso

Mundiario


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