En Esteiro consideran que la propiedad de la Illa da Creba les fue usurpada
Una isla a la que solo se acudía a cortar hierba y
recoger leña se ha convertido en un motivo de discordia desde que alguien consiguió
inscribir la propiedad a su favor.
Raro es el lugar de la costa gallega desde el que, cuando
uno se asoma, no se contempla o vislumbra alguna isla o islote. El estuario del
río Tambre, donde va convirtiéndose en la ría de Muros y Noia, no es la
excepción porque allí, frente a Punta Uhía, se encuentra la Illa da Creba, un
promontorio ligado a pleitos sobre su propiedad, como muchos otros, y a
leyendas ancestrales, como casi todos.
La pequeña isla de A Creba, con una superficie
equivalente a 10 campos de fútbol, se encuentra muy cercana a la costa de la
parroquia de Esteiro, en el municipio de Muros (A Coruña). Una isla muy ventosa
a la que se le negó el valor medioambiental que le corresponde por su actuación
a modo de protector de los campos de bateas y freno del flujo de sedimentos
arrastrados por el río Tambre, que convierten la zona en una de las más ricas
de Galicia en la producción de bivalvos. Actualmente está declarada como
Espacio Natural Protegido por la Xunta de Galicia desde 1990.
Antiguamente hubo en ella una ermita de advocación
Mariana de cuya construcción no hay vestigios visibles salvo una imagen de
piedra de la Virgen que al parecer se conserva en un domicilio particular. Sobre
sus restos, en la década de los años 80 del siglo pasado, un afamado promotor
inmobiliario compostelano levantó allí su particular pazo valiéndose de la
titularidad de la propiedad de la parcela adquirida por su padre una veintena
de años antes. Se trata de una casona con una superficie útil superior a los 500
m² con piscina exterior y un pantalán de acceso a la isla para embarcaciones.
Foto: Illa da Creba. / Asturmeño
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