El único mamífero terrestre que habita la isla de Gough es el ratón común
Esta isla, hogar de millones de aves de diferentes especies, tiene un
problema con los descendientes de unos polizontes llegados en barcos de
cazadores de focas en el siglo XIX.
Era allá por 1505 cuando Gonçalo Alvares, capitán de una flota
portuguesa con rumbo al Africa Oriental, se perdió en el Atlántico Sur y
se topó con una isla que llevó su nombre hasta bien entrado el siglo
XX, si bien este hecho está envuelto en un halo de misterio y se
considera incierto. Su nombre actual se debe a Charles Gough, quién al
mando de un buque de la Compañía Británica de las Indias Orientales, en
un viaje a China en 1732, colocó la isla en el mapa a 500 millas de su
situación real. Así fue que durante largo tiempo se consideró la
existencia de dos islas diferentes hasta que finalmente se reconoció que
ambas eran la misma.
La isla de Gough, con una superficie de unos 90 kilómetros cuadrados,
se sitúa a unos 350 kilómetros al sureste de Tristán da Cunha, formando
con ella parte del mismo territorio británico de ultramar. Está
deshabitada salvo por media docena de sudafricanos que tutelan la
estación meteorológica allí establecida en base a un acuerdo de alquiler
entre Sudáfrica y el Reino Unido. La abundancia de aves marinas, se
dice que más de 10 millones, como el albatros errante, el petrel de alas
negras o pingüinos de penacho amarillo, así como lobos marinos,
cangrejos y otras especies, hizo que fuese declarada reserva natural de
la biosfera y, desde 1995, Patrimonio de la Humanidad.
Sin embargo, los ratones comunes, presentes en la isla desde hace
siglo y medio, se han convertido en depredadores de los polluelos de
aves marinas, alcanzando niveles que están poniendo en peligro la
existencia del albatros y el petrel. Los ratones, reconvertidos en
implacables asesinos, están convirtiendo la isla en el escenario de una
masacre diezmando la fauna aviar. Se estima que la población de estos
roedores, sin enemigos predadores en la isla, está cerca de los 2
millones y que 3 de cada 4 polluelos de ave son devorados por ellos, por
lo que constituyen una amenaza real para el ecosistema de la isla y se
hace urgente urdir planes para su control y erradicación, apoyados en un
programa dotado al efecto con 7,6 millones de libras esterlinas en
manos de la Real Sociedad para la Protección de las Aves.
Foto: Pingüinos de penacho amarillo en la Isla de Gough. / World Parks Congress
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