Sobre Krakatoa se plantea la duda de si hablamos de una isla o de un volcán
El 27 de agosto de 1883 una colosal explosión hizo volar por los aires
la isla de Krakatoa en la que fue una de las mayores erupciones de la
historia.
Krakatoa es una isla o, según se mire, los restos de una isla
totalmente volcánica situada en el estrecho de Sunda, entre las islas de
Java y Sumatra, perteneciente a Indonesia. El nombre de Krakatoa se
asocia a la catastrófica erupción volcánica que tuvo lugar en 1883, una
erupción explosiva que se escuchó a más de 4.500 kilómetros de distancia
y que destruyó más dos tercios de la isla originaria provocando cerca
de 40.000 muertos, aunque hay quién estima que pudieron sobrepasar los
100.000. La nube ardiente se extendió en un radio de 40 kilómetros, se
generó un tsunami con olas de 40 metros y una capa de ceniza en
suspensión dio la vuelta a la Tierra.
Hasta esa fecha Krakatoa era una isla de más de 20 kilómetros
cuadrados que se extendía hacia el norte de la isla actual y que
triplicaba la superficie de ésta, con tres picos volcánicos: Raka, Danan
y Perboewetan, de los cuales los dos últimos desaparecieron con la
explosión. La actividad volcánica no cesó y, en la ubicación de la
caldera formada en 1883, surgió a partir de 1927 una nueva isla
bautizada como Anak Krakatau y que, desde entonces, no ha parado de
crecer.
De todas formas ya existía un precedente. Corría el año 416 cuando,
según el Libro de los Reyes, “el mundo entero sufrió una sacudida
enorme, acompañada por fuerte lluvia y tormentas, que no solo no hizo
extinguir el fuego de la erupción de la montaña, sino que lo aumentó, el
ruido era espantoso y por fin la montaña se rompió en pedazos y se
hundió en lo más profundo…”. Durante ese suceso se cree que, a partir de
una isla mayor, se formó la caldera que separaba las islas Verlaten,
Lang y la originaria Krakatoa.
Mundiario
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